
No sólo un día, sino todos los días se le debe respetar a la mujer y ser consciente como tratamos a las mujeres en el trabajo, en casa y en todo momento. Se puede hablar muchos halagos, pero son los actos los que determinan nuestra educación y discriminación. No se puede hablar de madre cuando se violenta a una mujer, ni se puede hablar de amiga cuando se la denigra con propuestas indecentes. A las mujeres que trabajan en un campo puramente masculino..la admiración mas profunda, pues ellas saben cuánta discrimación existe.